viernes, octubre 17, 2014

DISTANTE

Nadie me avisó
nadie me dijo
tu soledad, tu desamparo
parientes del abandono
sideral de los insectos.

He perdido
la plata de tus horas
tu silencio dorado
y me llega tu recuerdo
como el jeroglífico triste
de un lejano ladrido

Sobre un océano interminable
de cansancio
bajo un firmamento de azul
que se oscurece
el sol predica
la antigua religión
de los espejos.

Yo mientras tanto
te recito a la distancia
el silabario gris de los lamentos.
Recojo estrellas
del pasto con rocío
queja a queja
las perforo, las enhebro
y los versos del azar
caen desde tu memoria
al horizonte.

La luz galopa conmigo
hacia la puerta
que al abrirse
deja correr
las aguas de lo oscuro.
Si tiendes tu mano a la esperanza
junto a la mía será
como un tejido
y labraremos una loca artesanía
de flores de manzano
con el último suspiro de la tarde. 

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